El turismo árabe comienza la temporada en la Costa del Sol con las expectativas en lo más alto. Las complicaciones existentes en otros destinos tradicionales de los países del Golfo han reactivado el interés por Marbella y su entorno. Los principales hoteles de lujo tienen ya las reservas prácticamente completas para los últimos días de junio y buena parte de julio. A ello se suma la programación de una boda vinculada a la familia Fahd de la realeza saudí prevista para los primeros días de julio que han reanimado tanto las reservas hoteleras como los alquileres de verano. Además, se da la circunstancia de que el Ramadán tendrá lugar en agosto, circunstancia que provoca un adelantamiento de las vacaciones de verano. El promotor y hotelero Ricardo Arranz reconoce que los "establecimientos de lujo de Marbella están reservados casi al completo" y alude al Marbella Club, Puente Romano y Villa Padierna, este último de su propiedad.
La reactivación del turismo árabe ya se empezó a detectar el verano pasado en la Costa y todos los indicios apuntaban que se mantendría la tendencia este año. Antes de que surgieran los levantamientos en las sociedades árabes, Turespaña confiaba en que estos mercados emisores crecieran un 5%, ahora, tras los conflictos en Egipto, Túnez, Bahrein o Siria las previsiones a favor de España son mayores.
Los turistas del Golfo habían introducido entre sus destinos de veraneo Egipto, con especial predilección por Sharm El Sheij, Alejandría y El Cairo, Beirut, Damasco e incluso Marruecos, donde han emergido importantes zonas de vacaciones al calor de las inversiones saudíes.
El interés por el turismo de los países del Golfo no reside sólo en su capacidad para enviar más o menos visitantes, sino también en su excepcional capacidad adquisitiva, ahora espoleada tras los severos repuntes del precio del petróleo.
La Organización Mundial del Turismo (OMT) situó en 2010 el movimiento económico generad por el turismo saudí en 21.100 millones de dólares, cifra que le sitúa en el décimo primer puesto mundial, mientras que detectó un incremento del 14% en el negocio generado fuera de su país por los turistas de los Emiratos Árabes, hasta alcanzar los 11.800 millones de dólares.
La reactivación del turismo árabe ya se empezó a detectar el verano pasado en la Costa y todos los indicios apuntaban que se mantendría la tendencia este año. Antes de que surgieran los levantamientos en las sociedades árabes, Turespaña confiaba en que estos mercados emisores crecieran un 5%, ahora, tras los conflictos en Egipto, Túnez, Bahrein o Siria las previsiones a favor de España son mayores.
Los turistas del Golfo habían introducido entre sus destinos de veraneo Egipto, con especial predilección por Sharm El Sheij, Alejandría y El Cairo, Beirut, Damasco e incluso Marruecos, donde han emergido importantes zonas de vacaciones al calor de las inversiones saudíes.
El interés por el turismo de los países del Golfo no reside sólo en su capacidad para enviar más o menos visitantes, sino también en su excepcional capacidad adquisitiva, ahora espoleada tras los severos repuntes del precio del petróleo.
La Organización Mundial del Turismo (OMT) situó en 2010 el movimiento económico generad por el turismo saudí en 21.100 millones de dólares, cifra que le sitúa en el décimo primer puesto mundial, mientras que detectó un incremento del 14% en el negocio generado fuera de su país por los turistas de los Emiratos Árabes, hasta alcanzar los 11.800 millones de dólares.
Fuente: Malagahoy