A falta de confirmar las reservas de última hora, el sector turístico parece dispuesto a conjurar el pesimismo que ha gobernado la economía desde el inicio de la crisis. Las perspectivas permiten por fin mirar el futuro con mayores dosis de tranquilidad, especialmente en lo que respecta a lo más inmediato, la Semana Santa. Aunque todavía no se puede hablar de recuperación, todo apunta a un primer movimiento de reconducción de los resultados, que empezaron a moderarse tras el descalabro de las subprimes y de la libra.
El sector es consciente de que aún resta trabajo y, sobre todo, continuidad en los buenos resultados, pero eso no quita que la tendencia comience a ser positiva. Los empresarios van perdiendo poco a poco la preocupación, especialmente después de la vuelta a la normalidad y la disipación del amago de huelga en Aena, que amenazaba con poner en jaque una Semana Santa considerada por muchos, incluida la patronal hotelera, como la prueba definitiva de la revitalización de los mercados.
Por lo pronto, las previsiones apuntan a una ligera mejora de los resultados del pasado año, que se zanjaron con una ocupación cercana al 90 por ciento en la capital y del 80 en el resto del litoral. Eso significa que algunos puntos como Málaga, de especial predicamento entre los aficionados a los procesiones, rozarán el lleno durante la segunda parte de las fiestas. Según Francisco Moro, vicepresidente de la Asociación de Empresarios Hoteleros de la Costa del Sol (Aehcos), la mayor parte de las visitas se concentrará entre el miércoles y el sábado, a pesar de que este año se parte con menos reclamos taurinos que en 2010, donde, además de la corrida picassiana, se contó con la participación en el coso de José Tomás. «Eso puede que se note, pero somos optimistas y creemos que los resultados irán a mejor», explicó.
Mercado nacional
De nuevo, el turismo nacional será el protagonista del crecimiento. Las expectativas gozan además del favor del clima, que, de acuerdo con el pronóstico de la Agencia Estatal de Meteorología, se convertirá en un aliado del sector durante la mayor parte de las vacaciones.
Joaquín Fernández Gamboa, vicepresidente de la Asociación de Empresarios de Agencias de Viaje (Aedav), también mantiene una visión positiva y alude a la importancia de acumular buenas noticias en una industria clave para la regeneración de la economía. «Se calcula que pasaremos del 90 por ciento de ocupación a partir del Miércoles Santo», declara.
Las previsiones, por primera vez en muchos años, se asientan en esta ocasión en algo más que en una inferencia. Pese a que las reservas de última hora siguen respondiendo a la cultura mayoritaria, los hoteles empiezan a recibir movimiento. Otra buena señal para un sector golpeado últimamente no sólo por la crisis, sino también por la acumulación perversa de adversidades como la nube de ceniza o el plante de los controladores aéreos.
El sector es consciente de que aún resta trabajo y, sobre todo, continuidad en los buenos resultados, pero eso no quita que la tendencia comience a ser positiva. Los empresarios van perdiendo poco a poco la preocupación, especialmente después de la vuelta a la normalidad y la disipación del amago de huelga en Aena, que amenazaba con poner en jaque una Semana Santa considerada por muchos, incluida la patronal hotelera, como la prueba definitiva de la revitalización de los mercados.
Por lo pronto, las previsiones apuntan a una ligera mejora de los resultados del pasado año, que se zanjaron con una ocupación cercana al 90 por ciento en la capital y del 80 en el resto del litoral. Eso significa que algunos puntos como Málaga, de especial predicamento entre los aficionados a los procesiones, rozarán el lleno durante la segunda parte de las fiestas. Según Francisco Moro, vicepresidente de la Asociación de Empresarios Hoteleros de la Costa del Sol (Aehcos), la mayor parte de las visitas se concentrará entre el miércoles y el sábado, a pesar de que este año se parte con menos reclamos taurinos que en 2010, donde, además de la corrida picassiana, se contó con la participación en el coso de José Tomás. «Eso puede que se note, pero somos optimistas y creemos que los resultados irán a mejor», explicó.
Mercado nacional
De nuevo, el turismo nacional será el protagonista del crecimiento. Las expectativas gozan además del favor del clima, que, de acuerdo con el pronóstico de la Agencia Estatal de Meteorología, se convertirá en un aliado del sector durante la mayor parte de las vacaciones.
Joaquín Fernández Gamboa, vicepresidente de la Asociación de Empresarios de Agencias de Viaje (Aedav), también mantiene una visión positiva y alude a la importancia de acumular buenas noticias en una industria clave para la regeneración de la economía. «Se calcula que pasaremos del 90 por ciento de ocupación a partir del Miércoles Santo», declara.
Las previsiones, por primera vez en muchos años, se asientan en esta ocasión en algo más que en una inferencia. Pese a que las reservas de última hora siguen respondiendo a la cultura mayoritaria, los hoteles empiezan a recibir movimiento. Otra buena señal para un sector golpeado últimamente no sólo por la crisis, sino también por la acumulación perversa de adversidades como la nube de ceniza o el plante de los controladores aéreos.
Fuente:laopiniondemalaga.es
